Medellín rinde homenaje a la obra de John Cage,denominado el maestro del azar planeado,artista norteamericano que, según palabras de Lucrecia Piedrahíta, desató los conceptos artísticos a velocidades incontrolables en la segunda mital del del siglo XX para convertirse en una bisagra fundamental del arte moderno y contemporáneo.Precursor de innovaciones en el campo de la música,desmaquillador de las venas de la tecnología con el propósito de ofrecerle al público la poética contenida en las estructuras de los dispositivos tecnológicos: monitores, pantallas, cuerdas, micrófonos, videos y medios fotoeléctricos,que le permitieron crear escenografías futuristas las cuales tenían su punto más alto al intervenir la arquitectura del gran piano de concierto introduciéndole borradores, puntas de madera, corchos, piedras y tornillos. Toda esta parafernalia tenía un sentido, implicaba conocer la norma para saber destruirla y ante todo ser muy espiritual con capacidad de resistir frente a los auditorios que lo tildaron de irresponsable y juguetón.Pero tras esa fachada se filtraba un pensador de la cultura, un absolutista con batuta, un constructor de puentes en beneficio de las artes y la tecnología del futuro. Cage le demostró a la humanidad que todo es susceptible de reorganizarse, de repensarse para generar estados emotivos y sensoriales, y sobre todo con la capacidad de crear un objeto nuevo que ya no pertenece a nadie. Pocas veces nace una figura que trastoca los órdenes establecidos y nos enseña que el arte es un acto colectivo,comunitario, y que una de las formas para comprender el mundo es alfabetizando los sentidos.Por todo lo anterior, la capital antioqueña será sede de diferentes actividades culturales, hasta el mes de noviembre, con el fin de dar a conocer el legado del gran maestro que predicó la desobediencia como norma.
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